Niños muy adultos [RESEÑA]

Un hijo

Alejandro Palomas

SINOPSIS

Guille es un niño introvertido, con una sonrisa permanente. Tiene solo una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero esta apariencia de tranquilidad esconde un mundo fragilísimo y con un misterio por resolver. Las piezas son un padre enc risis, una madre absente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta comprender qué esconde el niño.

FICHA TÉCNICA:

Título: Un hijo
Autor: Alejandro Palomas
Editorial: La Galera | Bridge
Encuadernación: Rústica con solapa
Número de páginas: 288
ISBN: 978-84-941-8575-5
Precio: 17,95 € (Otros formatos - EPUB: 9,99 €)

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RESEÑA:

Esta novela la terminé hace ya algunas semanas, pero he decidido publicar su reseña hoy, a continuación de la entrada de la Blogger Lit Con 2016. Si bien es cierto que no descubrí este libro en esta edición del encuentro bloguero, lo hice en la anterior, en una presentación que el propio autor nos brindó a los blogueros que nos reunimos en el lugar indicado, detrás de unas casetas.

Esta novela llamó mi atención en primer lugar por el hecho de estar contada desde el punto de vista de un niño pequeño, Guille. Como ya sabéis, soy bastante dada a las novelas contadas con este tipo de voces, como Mi hermana vive en la repisa de la chimenea o Memorias de un amigo imaginario. Me parece muy interesante el hecho de ver el mundo desde los ojos inocentes de un niño. Y de eso precisamente es de una de las cosas de las que nos habló su autor en dicha presentación.

Esta novela está contada desde la primera persona de cuatro voces distintas: Guille, Manuel Antúnez (su padre), Sonia (su profesora) y María (la orientadora), siendo la primera y la última las que más peso tienen en el relato, desde mi humilde opinión.

TODO EMPEZÓ el día que la señorita Sonia preguntó una cosa.
[...]

QUÉ QUIERO SER DE MAYOR

Enseguida levantamos la mano. Todos, hasta Javer Aguilar, que solo tiene una, porque la otra no salió cuando nació, y la mueve así en el aire, muy rápido.
[...]
–A mí... a mí me gustaría ser Mary Poppins –dije.

Alejando Palomas nos contó en su presentación que, para escribir la parte de Guille, fue a un colegio de primaria y pidió una mesa y una silla, de esas verdes, donde se sientan los niños en clase para poder ver las cosas desde la altura de un niño. No sé si realmente la incomodidad de estar encajado en dichas dimensiones realmente fue lo que marcó la diferencia, pero sí que hay algo en los fragmentos que narra Guille que hace que tu mente haga clic y rápidamente veas todo a través de sus ojos infantiles.

María es la orientadora temporal del centro, ya que se encuentra haciendo una sustitución. Sonia acudirá a ella a comentarle su preocupación por que Guille quiera "ser" Mary Poppins y no "ser como" Mary Poppins. Y será María la que consiga descubrir cuál es el problema subyacente en la ilusión y en el optimismo que muestra Guille.

Cuando el reloj de la pared dio las siete y estaba a punto de dar la sesión por terminada, él levantó la mirada y preguntó con la misma sonrisa ilusionada que no le había abandonado en toda la hora:.
–¿Y se tarda mucho en ser mayor?

[...]

–Unos años –respondí.Él arrugó el ceño y ladeó la cabeza, una gesto de fastidio tan natural y tan infantil que no pude reprimir una nueva sonrisa.
–¿Y no se puede ir más rápido? –dijo, todavía ceñudo.Esperé unos segundos antes de contestar.
–¿Y para qué te gustaría ir más rápido?Desvió la vista hacia la ventana y parpadeó.
–Porque, si no, a lo mejor cuando llegue ya es demasiado tarde –dijo muy serio con una voz en la que me pareció percibir una sobra de ansiedad.
–¿Tarde para qué, Guille? [...]
–Para la magia.

La razón por la que digo que María es la segunda voz predominante es porque cada lector es como si fuera una María. Cuando nos adentramos en esta historia, tratamos de descubrir qué es lo que está ocurriendo porque, como a María, esa fachada de felicidad infinita nos chirría.

«Pero lo que más me llama la atención», había dicho, arrugando la frente, «es que desde que ha empezado el curso, Guille nunca ha hablado de su madre, señor Antúnez. No la ha mencionado ni una sola vez» [...]
«Es como si para su hijo su madre no existiera».

El personaje de la madre de Guille es como una sombra que se cierne sobre toda la novela. Y ella va a ser la causa de la alegría de su hijo y de la desazón de su marido. Y en un momento dado habrá una revelación que cambie todo, pero que al mismo tiempo otorgue sentido a todo lo dicho anteriormente.

La trama, el estilo a la hora de escribir y, de nuevo, la perspectiva infantil hacen que esta novela te haga reír y llorar casi al mismo tiempo, que te remueva por dentro al ver como un pequeño se enfrenta a un conflicto que en teoría le tendría que venir grande. Esta novela ha estado casi un año cogiendo polvo como quien dice en mi estantería y ha sido una verdadera pena porque he disfrutado muchísimo con ella.

VALORACIÓN:

    

¿Y vosotros?

¿Habéis leído esta novela? ¿Qué os ha parecido?

¿No os pareció Guille el niño más adorable con el que os hayáis topado últimamente?